jueves, 21 de octubre de 2010

El miedo apropiado

Greg Poppovich es el entrador de los San Antonio Spurs (el equipo donde juega Ginóbili). Es un gran entrenador y ganó 4 títulos de la NBA. ¿Por qué lo mencionamos en este blog (además de para que nos lleguen todas esas búsquedas de Google)? Porque tiene una enfoque muy interesante sobre algo con lo que tenemos que tratar a menudo los programadores: el miedo.

A primera vista, no parece que el miedo tenga mucho que ver con lo que los programadores hacemos todos los días. Después de todo es poco probable que nuestras acciones causen daños graves a nadie. Sin embargo, todos los que hemos estado algún tiempo en esta profesión sabemos que es algo que nos acompaña todos los días. En uno de mis primeros trabajos, el miedo había llegado tan lejos que muchas de las personas en el proyecto se habían vuelto superticiosas, y no había manera de que alguien te aceptara que le alcanzaras un salero en la mano (y ni hablar de hacer una implementación un martes 13).

En el desarrollo de software, el miedo suele ser un enemigo, porque funciona como paralizante. Nos lleva a recurrir a parches en vez de realizar cambios que sabemos que son necesarios pero que nos obligarían a tocar partes del programa que nos aterrorizan. O nos hace seguir trabajando con tecnologías obsoletas (el típico "nadie fue despedido por elegir IBM").

Sin embargo, el miedo también es nuestro aliado. Cuando son las 5 de la mañana de una puesta en producción y finalmente parece que lo logramos y hacemos una última prueba antes de irnos a casa, es el miedo el que nos hace sacar fuerzas para no irnos ya a dormir. Cuando escribimos casi tantas líneas de tests de unidad cómo de código de producción también es el miedo a esas sesiones interminables de debugging el que nos ayuda a tomar ese camino, que en apariencia es más largo.

Entonces, ¿Cual es la actitud correcta frente al miedo? En mi opinión, la actitud de Poppovich: cuando un equipo gana seguido, tiende a perder perspectiva y a no tenerle miedo a los rivales. Esta actitud genera autocomplacencia y más tarde o más temprano provoca errores que causa que se pierdan partidos que se podrían haber ganado. Pero tenerle miedo a los rivales hace que uno juegue sin confianza y no se anime a tomar riesgos y que termine también perdiendo partidos que podría haber ganado. Por lo tanto, el objetivo es tener lo que Poppovich llama "Appropiate fear": suficiente miedo como para no hacer macanas por sobrar la situación, pero no suficiente como para que nos paralice.

Llegar a esta actitud lleva años tanto en basket como en desarrollo de software, pero realmente creemos que es la marca del profesional maduro de cualquiera de las dos disciplinas.

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